En un contexto de cambio, el centro define hoy su misión como un servicio a la educación competencial e integral de adolescentes y jóvenes, que les permita insertarse en la sociedad adulta y ejercer una ciudadanía responsable, como personas y profesionales cualificados, desde el Ideario cristiano que anima toda su acción educativa.

            Las condiciones en que el centro desarrolla su tarea se ha hecho más compleja”, requiriendo la participación, el “compromiso y esfuerzo compartido” de todos los integrantes de la comunidad educativa para alcanzar el éxito y la mejora en la organización, planificación y gestión de la vida escolar.  Se “concibe la participación como un valor básico para la formación de ciudadanos autónomos, libres, responsables y comprometidos”.

Entendemos que hay que fomentar la idea de comunidad y conseguir éxitos colectivos a través del Nosotros. Esto nos permitirá transformar las sociedades individualizadas en sociedades cooperativas, que potencien la igualdad de oportunidades y el respeto entre todos sus miembros. Esta línea de trabajo nos aporta la mejora de habilidades sociales, la empatía, la asertividad, el respeto, la gestión emocional, la autoestima, la realización personal…Por ello, aprovechar el pro activismo de nuestro alumnado, facilitar su participación social y la ayuda al otro, convierte  a los jóvenes en agentes de cambio de su comunidad.